martes, 22 de julio de 2008

MARIQUITA


Nativa de Asia Oriental, la mariquita asiática multicolor, Harmonia axyridis, fue traída a los Estados Unidos por el Departamento de Agricultura Federal como un agente de control biológico. Este escarabajo, morador de árboles, de la familia Coccinelladae, es un importante predador de áfidos e insectos cóccidos. Originalmente, se soltó en Pennsylvania en el 1978 y 1981, pero no se registraron los escarabajos que invernaron hasta el 1993. El reciente crecimiento de la población de este escarabajo en Louisiana, Pennsylvania y otros estados del norte, no es el resultado del primer grupo traído por el USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, por sus siglas en inglés). Se cree que el crecimiento se debe a una nueva fuente que fue introducida accidentalmente en Nueva Orleáns por un carguero asiático.

Las mariquitas asiáticas multicolores son un poco más grandes en tamaño que las mariquitas nativas, con los adultos midiendo 9/32 pulgadas (7mm) de largo y 7/32 pulgadas (5.5mm) de ancho. Son de forma ovalada o convexa, de color amarillo rojizo (con o sin puntos negros sobre las cubiertas de las alas). Estas manchas, que varían en tamaño y patrón, también varían en número desde ninguna mancha hasta diecinueve. La cabeza, usualmente, está oculta debajo del pronotum con forma de disco, de un color crema a amarillo, con un diseño de "M" color negro en el centro. Las larvas de la Mariquita asiática multicolor son alargadas, allanadas o aplastadas y cubiertas con tubérculos minúsculos o espinos. Los huevos, que son puestos en grupos verticales de aproximadamente 20 huevos, son ovalados y amarillos.

En Pennsylvania, el ciclo de vida desde huevo a adulto a huevo tarda alrededor de tres a cuatro semanas, dependiendo de la temperatura y la abundancia de alimento. Se desarrollan varias generaciones por año. Ponen los huevos por la parte inferior de las hojas de plantas ornamentales rastreras, árboles de los bosques, rosas, trigo, tabaco, soya y otras numerosas plantas. Tardan de tres a cinco días en incubar. Durante los primeros doce a catorce días, después de haber salido del huevo, las larvas usan sus partes bucales de masticar para alimentarse de áfidos. Los adultos emergen varios días después de la etapa pupal y pueden vivir hasta más de un año.
A comienzos de octubre, durante una tibia y soleada tarde, después de una noche fría, las mariquitas asiáticas multicolor se agrupan fuera de las casas, los cobertizos y otros edificios en busca de lugares para invernar. Aparentemente, estos escarabajos son atraídos por el reflejo de la luz solar reflejada sobre los lados sur o suroeste de los edificios. Un comportamiento similar se nota en su nativo Japón, donde los escarabajos vuelan a riscos pedregosos, con afloramientos, que apuntan hacia el sur. En estos lugares, entran a las grietas y rendijas para invernar. Las hembras invernan (sin aparearse) junto al total de la población. El apareamiento ocurre a la siguiente primavera.

martes, 15 de julio de 2008

LOS ELEFANTES




En el Reino Animal los elefantes se reservan un lugar muy propio, bueno, muy grande. Tal vez sea su trompa o sus inmensos colmillos lo que nos atrae, o talvez sea sus orejas de abanicos o tamaño monstruoso. En realidad sólo hay que ver a los niños admirar a estas magníficas creaciones de la naturaleza y comprobamos que en el elefante, todo es fascinante. Nada más emocionante que ver uno de estos gigantes tomar con su trompa un maní de la palma de una niñita asombrada.
Existen dos especies diferentes de elefantes. Los del Asia que por lo general vemos en los circos y zoológicos, y los africanos de tamaño mayor y temperamento mucho más violento. Los elefantes del África son los que tienen los colmillos inmensos, al igual que las orejas. Un macho grande de esta especie puede pesar hasta 7500 Kg.
La trompa es una adaptación de la nariz. En la punta se encuentran los orificios nasales. También en la punta hay una o dos extensiones musculares las cuales los elefantes usan con la misma dexteridad que nosotros usamos nuestros dedos. En el Elefante Asiático es una sola extensión en la parte superior de la punta de la trompa. En el Elefante Africano son dos extensiones, una en la parte superior y otra en la parte inferior.
Realmente los colmillos de los elefantes son dientes incisivos de la mandíbula superior. No se preocupe por la exactitud del idioma o de los dentistas, en el caso de los elefantes el Diccionario de la Lengua Española editado por la Real Academia Española permite llamarles colmillos a estos dientes. Son los únicos dientes que tienen los elefantes, no tienen piezas equivalentes a nuestros colmillos, pero sí tienen 12 molares y 12 premolares, 3 de cada uno en cada cuadrante de la cavidad bucal. Los colmillos crecen durante toda la vida y en el caso del Elefante Africano cada colmillo puede lograr los 3.3 metros de longitud con un peso que sobrepasa los 100 kilogramos, claro, estas medidas no son comunes.
Hace muchos años, en la época del Eoceno hace más de 36 millones de años, en el norte de África vivían unos animales muy semejantes a los hipopótamos pigmeos de nuestros días. Estos animales, a los cuales se les conoce por Moeritherium, pasaban gran parte del tiempo en el agua, así como los hipopótamos, y pesaban unos 225 Kg. Se estima que aunque no eran antepasados directos de los elefantes, sí eran descendientes recientes de la rama evolutiva de los antepasados de los elefantes de aquellos tiempos.
Durante el Eoceno también ocurrieron otras radiaciones, de las cuales evolucionaron otras especies. Tal vez una de las mejores estudiadas sea la de la familia Dinotheriidae en la que eventualmente llego a surgir Dinotherium. Muy similar a los elefantes pero con los dos colmillos en la mandíbula inferior. Esta especie se estima que vivió por unos 25 millones de años, desapareciendo hace un millón de años. Su distribución llegó a extenderse por África, Europa y el sur de Asia. Media 4 metros en los hombros, del mismo tamaño que el Elefante Africano.
El tiempo pasó y surgieron otros animales. En la época del Oligoceno ya existía un animal llamado Palaomastodon. Aun no tenía trompa ni colmillos tan largos pero ya la nariz y los dientes comenzaban a desarrollarse. Esta especie sí indica haber sido un antepasado de los elefantes.

martes, 8 de julio de 2008

LAS HORMIGAS


La hormiga es un pequeño insecto himenóptero de los trópicos y zonas templadas que corresponde a unas 3500 especies de la familia formícidos. Todas las hormigas conocidas son sociables; viven en colonias, que pueden estar compuestas por unos pocos individuos, como en la tribu ponerinos, o por muchísimos de ellos, hasta 100 000 o más, como es el caso de la hormiga roja (Formica rufa). Son reconocibles por su "cintura", formada por un estrecho segmento, o segmentos, entre el tórax y el abdomen. Las hembras y los machos son alados cuando abandonan el nido, pero posteriormente pierden las alas. Las hormigas aladas, que vuelan lentamente formado grandes nubes en determinadas épocas del año, no son una especie diferente, sino los miembros reproductores de las colonias que salen del nido para desarrollarse. Son insectos claramente polimórficos, con diferencias entre obreras, machos y hembras. Los machos de todas las especies, bastantes parecidos, tienen alas, ojos bien desarrollados y largas antenas.
Normalmente sólo aparecen en ciertas épocas del año, pues no sobreviven mucho al apareamiento ni se les admite en el nido tras el vuelo nupcial. Con muy pocas excepciones, todas las especies tienen una casta de obreras, claramente reconocible, e integrada por hembras estériles cuya función es obtener alimento, construir el nido y cuidar de las crías. Son ápteras y suelen tener los ojos pequeños. En muchas especies no ponen huevos, pero, en algunas, los que ponen se utilizan para alimentar a las larvas. Tales huevos, al no estar fecundados, sólo podrían dar origen a machos. El tamaño de las obreras varía de unas a otras; normalmente, las que proceden de los primeros huevos puestos por una reina al establecer un nuevo nido son más pequeñas que las que forman el grueso de la población.Sin embargo, en una colonia pueden encontrarse en todo momento hormigas de cualquier tamaño: las hormigas más pequeñas parecen pasar la mayor parte del tiempo dentro del hormiguero, mientras que las más grandes lo protegen y abastecen. No obstante, pueden haber dos clases de obreras, muy bien definidas. En ese caso, las de mayor tamaño, llamadas soldados, tienen la cabeza muy grande y quitinizada, y las mandíbulas fuertes. Como su nombre indica, una de sus funciones es luchar para defender el nido, pero además, suelen ayudar a las obreras pequeñas cuando éstas encuentra un gran trozo de comida que haya que dividir para poder transportarlo al nido.
Como la abeja, pero a diferencia del termes, la hormiga reina es solitaria y no va acompañada del macho cuando establece un nido. Suele ser más grande que los machos y las obreras, y posee una boca totalmente funcional. Tras la fecundación, que generalmente tiene lugar en el aire, la reina se posa y se arranca las alas con las mandíbulas, o bien frotándolas contra un objeto sólido. Luego comienza a excavar una pequeña cámara y permanece en ella hasta el año siguiente. Muy pronto pone unos pocos huevos, que luego se transformarán en obreras. Cuida de ellos y, cuando nacen las larvas, las alimenta con secreciones salivares.


Ella depende para su propia nutrición únicamente de su grueso cuerpo y de los músculos de vuelo, que degeneran durante este período. Estas primeras obreras acusan el efecto de la reducida dieta en su pequeño tamaño, pero sin embargo, pueden salir de la cámara para llevar comida a la reina y a las larvas que nazcan posteriormente. Muchas especies de hormigas fundan así sus colonias. Una reina puede vivir hasta quince años, y durante todo ese tiempo es capaz de poner huevos, que se fecundan con la esperma depositada en su "receptaculum seminis" durante el vuelo nupcial. Los huevos de hormiga son blancos y sólo miden 0,5 mm de longitud (los que, con ese mismo nombre, se venden para alimento de peces son capullos y no huevos verdaderos). Las obreras los llevan de un lugar a otro a medida que cambian las condiciones del nido, manteniéndolos siempre allí donde las condiciones son óptimas y lamiéndolos con frecuencia para mantenerlos libres de infecciones por hongos. Las larvas tienen aspecto de gusano, con cabeza y trece segmentos. Carecen de patas, pero las de algunas especies parecen solicitar alimento de las obreras moviendo de un lado al oro el extremo anterior del cuerpo. Las larvas son colocadas en montones de individuos del mismo tamaño y aproximadamente de la misma edad. Si en un montón surge un individuo de mayor tamaño, las "niñeras" le prestan más atención. Por consiguiente, la clasificación de las larvas de modo que todas sean del mismo tamaño sirve para que cada una reciba la cantidad de atención que precisa. En general, las larvas se alimentan de materia líquida regurgitada. Unas obreras entregan el alimento a las demás; entre las hormigas se advierten las mismas relaciones trofalácticas que entre las abejas. Algunas hormigas primitivas (ponerinos) entregan los insectos capturados a las larvas, que son capaces de rasgarlos en pedazos. Las hormigas graneras las alimentan con semillas descascarilladas.
Cuando llega el momento, las larvas se transforman en pupas, en algunas casos previa formación de un capullo. Una vez adquirida la forma adulta, las obreras ayudan a la hormiga a salir de su envoltura. La casta a de una hormiga es determinada por la cantidad de alimento que recibe durante el estadio larvario. Las destinadas a reproductoras son alimentadas con una dieta rica en proteínas, mientras que las obreras la reciben fundamentalmente de hidratos de carbono. El sexo está genéticamente determinado: como en todos los himenópteros, las hormigas hembra, es decir, las reinas y obreras, tienen cromosomas XX y los machos XY. Las colonias de hormigas viven en una gran diversidad de estructuras, generalmente construidas por ellas mismas. Muchas abren galerías en el suelo, con numerosas cámaras repartidas por el fondo del nido. En esas cámaras mantienen a las crías, almacenan semillas para alimentarse, e incluso cultivan hongos sobre lechos de hojas maceradas. Estos hongos son típicos de las hormigas tropicales de la tribu atinos, cortadoras de hojas, que rasgan los árboles cercanos para obtener material con el que criarlos, puesto que las larvas se alimentan de bromacios, cuerpos que sólo produce el hongo bajo tierra. Los nidos de estas hormigas, que constituyen una tremenda plaga para la agricultura, son muy profundos, por lo que resultan difíciles de destruir. Otras especies hacen el nido en montículos. La hormiga roja de Europa excava hasta una profundidad pequeña y construye parte del nido bajo tierra, pero amontona encima de él pinocha, ramitas y materiales similares, entre los cuales penetran las galerías. Las entradas y los pasajes se cierran, cuando es necesario, para conservar el calor dentro del montículo y se vuelven a abrir cuando la temperatura interior se eleva demasiado. Algunas de las hormigas más pequeñas, como "Leptothorax" que forman colonias de relativamente pocos individuos, pueden vivir bajo la corteza de los palos que encuentran en el suelo.
El "papel" hecho con la madera masticada por los propios insectos constituye otro material utilizado en la construcción de nidos. Hay especies tropicales que ocupan cámaras dentro de las plantas; éstas suelen responder produciendo formaciones parecidas a las agallas, que se enredan con las galerías de las propias hormigas. Un extraño tipo de nido es el que construye "Oecophylla smaragdina". Las obreras juntas dos hojas, cogiendo una con las mandíbulas y sujetando la otra con las patas traseras. Otras obreras, que llevan las larvas en las mandíbulas, "cosen" las hojas moviendo las cabezas de las larvas para que toquen sucesivamente una hoja y otra (las larvas producen seda, y ésta mantiene las hojas firmemente unidas). La especie es una plaga terrible para las plantaciones de café, pues en su nido de hojas alberga diversos insectos fitófagos, protegidos de esta suerte contra los insecticidas. Las hormigas guerreras (dorilinos) no construyen nido ni puede decirse que tengan refugio permanente. Avanzan en largas columnas por el campo, limpiándolo a su paso de insectos e incluso de aves y mamíferos pequeños. Cada noche vivaquean bajo un leño y objeto similar y parten a la mañana siguiente. Periódicamente, acampan durante algún tiempo en un agujero o bajo un tronco hueco, precisamente en las fases en la que la reina acaba de poner sus huevos y no hay larvas en la colonia.