martes, 12 de agosto de 2008

PERRITOS


Cuidados del cachorro: Lo primero que debe hacer un criador cuando nacen sus cachorros es colocarles en las mamas de la madre, para que tomen cuanto antes su primera comida, calostro, que contiene anticuerpos. Los anticuerpos inmunizan pasivamente a los cachorros durante las primeras semanas de vida y éstos quedan inmunizados activamente con las vacunaciones.
El periodo más peligroso durante la vida del cachorro es durante las dos primeras semanas de vida.
La lactancia materna se debe prolongar, siempre que sea posible, hasta que los cachorros tengan un mes y medio o dos meses. Durante este periodo hay que proporcionar a la madre una alimentación de alta calidad y en cantidad suficiente para que cubra sus necesidades de nutrición y las de sus cachorros, sin debilitarse. La cantidad de alimento dependerá del número de cachorros que tenga. Si la madre no tuviese leche suficiente para amamantar a toda la camada, lo mejor es administrar a todos los cachorros un suplemento artificial. En cualquier caso, a partir de la tercera semana desde el nacimiento de la camada, podemos ir dando progresivamente a los cachorros una papilla de destete como complemento a la leche materna.
El destete debe hacer poco a poco, sin brusquedades. Puede empezarse a partir de la tercera semana y terminarse hacia la octava semana. Se puede realizar con papilla de destete o dando a los cachorros el mismo pienso que toma la madre, pero humedecido en agua hasta formar una papilla y a temperatura ambiente.
Una vez tenemos al cachorro en casa, hay que tener en cuenta que para él todo a su alrededor (incluso nosotros) es nuevo. Tendremos que tener mucha paciencia con él, hasta que se habitúe a su nuevo entorno.
Debemos seguir dándole el mismo alimento (de alta calidad) que tomaba en el criadero y si se lo queremos cambiar, hacerlo paulatinamente durante varios días. Lo mejor es darle de comer tres veces al día hasta que cumpla seis meses, dos hasta el año y una a partir de entonces. En razas propensas a la “torsión de estómago”, lo ideal es alimentar al perro dos veces al día durante toda su vida. Debemos dejar agua fresca y limpia siempre a disposición del perro.
No deberíamos sacar al cachorro a la calle hasta que éste tenga todas las vacunas que le correspondan y éstas le hayan hecho efecto. Los virus están en lugares por donde han pasado otros perros y en sus excrementos y orines. A los adultos vacunados no les afectan, pero a los cachorros mal protegidos o sin proteger, si que les afectan. Como norma general, antes de vacunar a un cachorro (o adulto) hay que desparasitarlo.
Los cachorros necesitan dormir y descansar mucho. Desde que llega a casa debemos proporcionarle un lugar resguardado donde se sienta cómodo y seguro y donde pueda dormir sin que se le moleste. Ese es un buen lugar para ponerle el agua y donde darle de comer. Lo ideal que esté cerca de sus dueños y no aislado. Por otro lado, hay que proporcionarle todo el ejercicio que necesite, pero sin forzarle. El cachorro debe hacer el ejercicio que quiera y cuando quiera.
El juego es fundamental para los cachorros. Ayuda a su desarrollo físico y psíquico. Le enseña a relacionarse con nosotros y con sus congéneres y potencia el desarrollo de sus instintos. Debe tener juguetes a su disposición. Si los adquirimos en un comercio, debemos asegurarnos de que sean irrompibles para el perro y que no se los pueda tragar. Desgraciadamente, muchos (la mayoría) de los juguetes que se venden como “adecuados para perros”, no lo son ya que el perro puede romperlos y tragarse sus partes y trozos con suma facilidad. Son “juguetes“pensados para atraer al dueño (y que por tanto los compre) por sus vivos colores, formas de alimentos o golosinas, etc., pero que probablemente ni sus fabricantes se los darían a sus perros. Los mejores juguetes para los perros, los que más les gustan y los más baratos, son los naturales: un palo, una piña, una rama, etc.
Educación del cachorro: La educación del cachorro no hay que confundirla con el adiestramiento. A un cachorro se le debe empezar a educar en la convivencia con los humanos a partir del segundo o tercer día desde su llegada a casa. El adiestramiento no se debería empezar hasta los seis meses. Por otro lado, las bases de una buena educación son las bases de un buen posterior adiestramiento.
La primera orden que hay que enseñarle es: “NO”, para a partir de ahí enseñarle en positivo.
Es muy importante la coherencia. A un cachorro no se le puede prohibir subirse al sofá un día y al día siguiente permitírselo. No se le puede regañar por haberse comido una zapatilla y al día siguiente darle otra. También es importante darle siempre las órdenes utilizando las mismas palabras.
Hay que tener mucha paciencia al enseñarle las normas básicas de convivencia. El cachorro no habla nuestro idioma y captará lo que esperamos de él por la repetición y por el tono de nuestra voz. Cuando haga lo que queramos que haga, habrá que felicitarle muy efusivamente para que se de cuenta de que eso es lo que queríamos que hiciese. No hay que castigarle mientras está aprendiendo una orden, pero si cuando estemos seguros que comprende perfectamente lo que esperamos de él y no quiere hacerlo; el los casos de clara rebeldía.
La mejor forma de educarlo es poniéndose uno en su lugar, tratando de pensar como pensaría él; teniendo un poco de psicología canina.

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